«Precursor de estos estudios en Chile fué don Eduardo de la Barra. Desde Argentina, en las horas amargas del destierro a raíz de la caída de Balmaceda, escribió, a propósito de los señeros estudios de «Introducción al estudio del lenguaje vulgar de Chile», del eminente filólogo don Rodolfo Lenz, una carta editada en Rosario 1894, en que hace algunas proféticas consideraciones al asunto. «¿Por qué-escribía-en vez de perdernos en pequeños esfuerzos aislados como el estudio de la lengua huasa, no fundamos desde luego el Folklore Chileno? No tardarían en seguirnos sociedades análogas nacidas en toda América, y al alborear el siglo nuevo podría celebrarse un Congreso Folklorista Americano, sumamente interesante para el conocimiento de lo que es nuestro pueblo». Proponía, además, un programa de trabajos que abarcaba: 1. Conocimiento de la lengua primitiva y acopio de documentos a ella relativos. 2. Lengua actual del pueblo, señalando sus vicios y el origen de sus neologismos. 3. Colección de modismos, refranes y adivinanzas del pueblo. 4. Cuentos populares, consejas, corridos, canciones y cantares. 5. Tonadas populares, música y baile. 6. Diversiones populares. 7. Trajes peculiares que se han usado; hábitos y costumbres especiales. 8. Estudios sobre la raza indígena del lugar. Por último, insinuaba la idea de realizar una especie de mapa folklórico de Chile cuyos centros principales debían ser: «EI de Atacama y Coquimbo, con datos especiales sobre los Changos de la costa de Paposo. El de Chile Central, sobre todo en su parte campesina, sin descuidar la urbana, ni la montaña ni la marina. Entre el Maipo y el Maule está el corazón de la huasería. De Chillán a Concepción se extendería el tercer centro, siendo de advertir que en aquella comarca, netamente araucana, se pronuncia mejor y con más finura que en la región huasa de Santiago a Cauquenes. En Concepción se radicaría el estudio del araucano, sin perjuicio de constituir el centro de ultra Bío-Bío. Valdivia y Llanquihue tienen caracteres dignos de estudio, y sobre todo Chiloé, de raza indígena diferente, donde debe establecerse un centro especial folklorista».»
(Pereira Salas 1945: 5-6)
«¿Por qué, en vez de perdernos en pequeños esfuerzos aislados como el del estudio de la lengua huasa, no fundamos desde luego el Folklore Chileno? No tardarían en seguirnos las sociedades análogas nacidas en toda la América, y al alborear el ¡siglo nuevo, podría celebrarse un Congreso Folklorista americano, sumamente interesante para el conocimiento de lo que es nuestro pueblo. Los estudios é investigaciones del Folklore podrían abarcar varios puntos como estos: 1º, conocimiento de la lengua primitiva y acopio de documentos a ella relativos; 2º, lengua actual del pueblo, señalando sus vicios y el orijen de sus neolojismos; 3º, colecciones de modismos, refranes y adivinanzas del pueblo; 4º, cuentos populares, consejas y leyendas; poesías narrativas, líricas, corridos, canciones y cantares; 5º, tonadas populares, música y baile; 6º, diversiones populares; 7º, trajes peculiares que se han usado; hábitos y costumbres especiales; 8º estudios sobre la raza indíjena del lugar.»
(De la Barra 1894: 51-52)
«El estudio del pueblo chileno con sus costumbres, creencias, modismos y tradiciones, exije diversos centros etnolójicos:—el de Atacama y Coquimbo, con datos especiales sobre los Changos Almendares de las costas del Paposo.—El de Chile central, sobre todo en su parte campesina, sin descuidar la urbana, ni la montaña, ni la marina. Entre el Maipo y el Maule está la mapa de la huasería.—De Chillan a Concepción se estenderia el tercer centro, siendo de advertir que en aquella comarca mas netamente araucana, se pronuncia mejor y con mas finura que en la región huasa de Santiago a Cauquenes. En Concepción se radicaría el estudio del araucano especialmente, sin perjuicio de constituir el centro de últra-Biobio.—Valdivia y Llanquihue tienen caracteres muy especiales, dignos de estudio, y sobre todo Chiloé, de raza indíjena diferente, donde debe establecerse un centro especial Folk-lorista. (*).»
(De la Barra 1894: 53-54)
Fuentes:
Pereira Salas, Eugenio. “Los Estudios Folklóricos y el Folklore Musical en Chile”. Revista Musical Chilena 1 (1) (1945): 4-12. https://revistamusicalchilena.uchile.cl/index.php/RMCH/article/view/10685/10868
De la Barra, Eduardo. Ensayos Filológicos Americanos. Carta al profesor Rodolfo Lenz sobre su Introducción al estudio del lenguaje vulgar en Chile. Rosario de Santa Fé: Imprenta y Litografía La Capital, 1894.